Honesta capacidad
Una alta montaña impedía con su sombra que una aldea, construida a sus pies, recibiera los rayos solares. Los niños crecían raquíticos. Una mañana los aldeanos vieron al más anciano marchar por la calle, con una cuchara de porcelana en las manos.
-¿A dónde vas?- le preguntaron.
-Voy a la montaña- contestó.
-¿Para qué?
-Para quitarla de allí.
-¿Con qué?
-Con esta cuchara -los aldeanos estallaron en carcajadas.
-¡Nunca podrás!
El anciano respondió:
-Ya lo sé: nunca podré. Pero alguien tiene que comenzar.
=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=
Alejandro Jodorowsky de su libro Danza de la Realidad.
-¿A dónde vas?- le preguntaron.
-Voy a la montaña- contestó.
-¿Para qué?
-Para quitarla de allí.
-¿Con qué?
-Con esta cuchara -los aldeanos estallaron en carcajadas.
-¡Nunca podrás!
El anciano respondió:
-Ya lo sé: nunca podré. Pero alguien tiene que comenzar.
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Alejandro Jodorowsky de su libro Danza de la Realidad.